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  • 01/04/2020 - 17:49  

    Comer y ahorrar en tiempos de crisis

    José María Ayaso

    Estos días en los que para preservar nuestra salud y proteger la de los demás debemos quedarnos en casa, son perfectos para plantearnos muchas cosas que tienen que ver, entre otras, con la tradición, la convivencia el cuidado del medio ambiente y el aprovechamiento de los recursos. Y en casa, en la despensa y en la cocina nada mejor que recuperar en una sola frase la filosofía de nuestras bisabuelas: La comida no se tira.

    Este estilo de vida rápido que de unos años para acá hemos admitido como normal, unido los malos hábitos de consumo, nos ha distraído de la maravillosa capacidad para aprovechar los alimentos que tenían las mujeres con las que nos criamos y educamos. Hoy se le llamaría cocina de reciclaje, pero en Locos Por la Gastronomía nos gusta más llamarlo Cocina de Tradición. Y de algunos de esos consejos es precisamente de lo que va esta nueva entrada.

    El primer paso es aprender a sacar el máximo rendimiento a nuestro dinero. Así, antes de ir al supermercado deberemos haber planificado perfectamente nuestra lista de la compra y evitar comprar con los ojos. Para ello echaremos un vistazo a los productos y alimentos que tenemos en casa, tanto crudos como cocinados y observaremos cuáles están más próximos a caducarse. Esto nos permitirá hacer una lista de la compra más consciente y dirigida al aprovechamiento de lo tenemos en la despensa. Estaremos además gastando nuestro dinero de manera más eficiente.

    Consejos para la verdura que empieza a madurar: Las verduras y hortalizas que están en su grado máximo de madurez sirven a la perfección para la elaboración de purés, cremas y pistos que una vez cocinados, si no son consumidos en el día, podrán conservarse en la nevera un tiempo más.  

    ¿Y con la fruta? La opción más sencilla y a la que todos hemos recurrido en alguna ocasión es la de aprovechar la fruta para hacer batidos, bien de una sola fruta o un combinado de ellas. Eso ya es a gusto de quienes los vayan a tomar. Otra opción algo más elaborada pero no complicada es la elaboración de sabrosas mermeladas que alegrarán muchos desayunos y complementarán sabrosos postres. 

    La magia transformadora de las legumbres. Ya decían nuestras bisabuelas que cualquier legumbre del día anterior sirve perfectamente para completar una digna ensalada. Pero tienen muchas más posibilidades. Si te sobran garbanzos puedes aprovechar, por ejemplo, para hacer dos pequeñas joyas gastronómicas: unos garbanzos fritos con jamón ibérico o un humus que, si bien es humilde, también es uno de los aperitivos más golosos de nuestra mesa. Un plato de lentejas sobrante puede transformarse al fuego de la Cocina de Tradición, en tres sabrosas cremas de lentejas con papas, añadiéndole durante la cocción un gran vaso de leche. Posteriormente se tritura y finalmente se complementa con unos huevos escalfados. 

    Los pescados al horno que guardamos del día anterior, son la base perfecta para el recurrido caldo de pescado, pero también, de unas croquetas, unos buñuelos e incluso, para rellenar unos pimientos.

    Por su parte, las carnes de los guisos, la de los filetes o la de los asaderos se pueden rescatar para preparar otros platos que tengan este producto como ingrediente secundario, por ejemplo, una ensalada César si la carne es de pollo; o una pizzaempanadas o empanadillas si lo que tenemos es carne roja. 

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