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  • 08/02/2021 - 08:41  

    Las espinacas, comerlas a sacas

    José María Ayaso

    Cultivada como verdura por la forma y el tamaño de sus hojas que son grandes y de color verde muy oscuro, la espinaca se puede cosechar durante todo el año teniendo en cuenta ciertos parámetros: germina a las tres o cuatro semanas y su recogida puede iniciarse entre los 80 y 100 días después de haberlas plantado. Pero para que los brotes internos puedan seguir creciendo, únicamente han de recogerse las hojas grandes de la parte más externa de la planta.

    Pueden crecer con poca luz, pero lo que sí necesitan es un suelo muy húmedo, que drene muy bien y rico en nutrientes; eso sí, sin estiércol para evitar que la planta absorba estos detritus que posteriormente pasarían a nuestra cadena alimenticia.

    Origen y variedades

    La bibliografía no recoge datos concretos sobre el origen silvestre de las espinacas. Por el contrario, muchos son los autores que afirman que su procedencia es el suroeste asiático. De lo que sí podemos dar cuenta es de que en España la introdujeron los árabes en el siglo XI. Posteriormente, en el XV y en el XVI, su cultivo se expandió por el resto del continente europeo para llegar países como Holanda, Francia y Reino Unido que fueron sus mayores consumidores. En la actualidad se cultivan en todo el mundo y sus principales productores son Estados Unidos, Italia, Francia y Alemania.

    Las dos variedades que más se cultivan son: la de hoja rizada que suele venderse fresca. Esta es una variedad adaptada a crecer en invierno; y la de hoja lisa que, por comercializarse mayormente congelada o enlatada, se consume más que la rizada.

    Si se quieren adquirir en su mejor época hemos de tener en cuenta que, si bien se cosechan durante todo el año, diferenciando las de inverno de las de verano, las de mayor calidad se pueden encontrar en los mercados entre los meses del otoño y la primavera.

    ¿Cómo elegirlas? Al comprarlas frescas deberemos tener en cuenta algunas características de su aspecto, para asegurar que nos estamos llevando unas espinacas saludables: Las hojas deberán tener un aspecto fresco, tierno y presentar un color verde intenso, brillante y uniforme, por lo que deberemos rechazar las que presenten manchas amarillentas o rojizas porque, más que probablemente, la planta haya podido ser contaminada por algún tipo de hongo. De la misma forma, tampoco deberemos elegir aquellos ejemplares cuyos tallos se vean muy fibrosos o cuyo color haya perdido intensidad.

    En Canarias las solemos encontrar en los mercados durante todo el año y, de manera muy tradicional, se suele utilizar en potajes y cremas, o combinadas con garbanzos, aunque cada vez más, la encontramos en tortillas, croquetas y quiches.

    Sin embargo, es una verdura que en otras latitudes tiene mucha versatilidad, y se utilizan en forma de salsa, como buñuelo, en el relleno de ñoquis e incluso en el pan. En el caso de la cocina turca, hacen una especie de salsa de espinaca blanqueada parar acompañar algunos platos, y en el caso de los postres, una sencilla pero deliciosa tarta de espinaca.

    En cualquier caso, la espinaca es una de esas humildes delicias de la huerta, con la que tenemos que familiarizarnos aun, más.  

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