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  • 05/03/2021 - 08:34  

    Potaje de Cuaresma sin Semana Santa

    José María Ayaso

    Uno de los guisos más tradicionales de la gastronomía española es sin duda alguna el potaje de cuaresma; de vigilia o de la abuela, que también se le llama así. Debió nacer allá por la Edad Media, cuando aquella Europa entraba en la Edad Moderna, como no, con la renovación cultural del Renacimiento y el Humanismo. Y es que nada puede ser más humano que un potaje como éste que, literalmente, hace renacer a quienes lo disfrutan y comparten.

    Debido a la pandemia este es el segundo año que no hemos podido celebrar como normalmente se hacen, los carnavales y la Semana Santa. Pero eso no significa que las cocinas de nuestras casas o restaurantes habituales tengan que dejar de cocinar los guisos tradicionales de esta época.

    Las espinacas y el bacalao son los ingredientes típicos de este periodo de cuarenta días en el que, tras la celebración del Carnaval (alteración del latín carnelevare), la tradición invitaba a cumplir con el precepto de abstenerse de comer carne durante los días de la cuaresma.

    Ingredientes:

    -300 gr de garbanzos

    -200 gr de bacalao

    -Un manojo de espinacas frescas

    -2 dientes de ajo

    -1 cebolla

    -2 rebanadas de pan

    -1 cucharada de pimentón dulce

    -Aove

    -Sal

    -Agua

    - 2 huevos duros (opcional)

    Elaboración:

    La noche anterior a la elaboración del potaje se ponen a remojar, en un bol con agua templada y sal, los garbanzos. Y en otro recipiente sólo con agua, el bacalao.

    Al día siguiente, en un caldero se echa aceite de oliva virgen extra en cantidad suficiente para que cubra el fondo y en él, se fríen los ajos y el pan. Una vez fritos se sacan y se trituran en un recipiente (nos podemos ayudar añadiendo un poquito de agua) y se reservan.

    Se trocea pequeñita la cebolla y se echa en el aceite en que se frieron el pan y el aceite, hasta conseguir que se dore. Agregamos entonces el pimentón dándole vueltas a la mezcla para procurar que no se queme.

    Se pone agua en la cantidad necesaria para guisar los garbanzos, que se añadirán cuando el agua esté templada. Inmediatamente introducimos el majado de pan y ajo que habíamos reservado y dejamos cocer a fuego lento durante dos horas y media (en olla exprés 45 minutos).

    Cuando los garbanzos estén tiernos, añadimos el bacalao y las espinacas y dejamos guisar hasta que estén hechos, es decir, hasta que veamos que el caldo está espesito.

    Si se quiere, en el momento de servir se puede trocear huevo duro, por encima del plato.

    Y por supuesto, este potaje está mucho mejor de un día para otro

     

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    'Espinacas: desmotando a Popeye' por la dra. Cristina Ruano

     

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