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  • 01/03/2021 - 09:36  

    ¿Las sigues llamando leches vegetales? Pues muy mal

    Entrevista

    José María Ayaso

    En sentencia del 14 junio de 2017, el Tribunal de Justicia Europea (TJUE) resolvía que legalmente no se puede utilizar la expresión “leche de…” para designar un producto puramente vegetal.

    En dicha sentencia, resolutoria de la cuestión prejudicial planteada por un Tribunal alemán durante el litigio entre VSW, asociación empresarial alemana y TofuTown, productora y distribuidora de alimentos vegetarianos/veganos, el TJUE indica que la legislación comunitaria reserva la denominación “leche” para aquella que es de origen animal; de la misma forma que las expresiones “nata”, “chantilly”, “mantequilla” o “queso”, deben igualmente emplearse únicamente para los productos derivados de la leche.

    Pero la sentencia no analiza si estas denominaciones ponen en jaque la protección del derecho del consumidor a una información alimentaria clara, objetiva y contrastada científicamente.

    Puesto que, en el hábito popular, muchas son las personas que siguen utilizando la expresión “leche de …” para referirse a una bebida puramente vegetal, en el equipo de redacción de Locos por la Gastronomía hemos decidido entrevistar sobre este asunto a nuestra especialista en nutrición, la doctora Cristina Ruano.

    -Locos por la Gastronomía (LxG): ¿Se pueden llamar leche a estos productos vegetales?

     -Cristina Ruano (CR): Debemos entender por "leche", exclusivamente la secreción mamaria normal obtenida a partir de uno o más ordeños, sin ningún tipo de adición ni extracción, (Reglamento (UE) Nº 1308/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo de 17 de diciembre de 2013. L 347/814). Por lo tanto, y puesto que la leche es un alimento concreto, con origen concreto y unas propiedades concretas, atendiendo a esta definición, el término correcto para este tipo de preparados líquidos no sería el de leche.

    -LxG: ¿Qué componentes tiene la leche procedente de una hembra mamífera, sana?

     -CR: La composición de la leche puede variar según la especie. Pero en general, es un alimento completo que contiene agua, hidratos de carbono (lactosa), proteínas (caseína), grasa, minerales como el calcio y el fósforo y vitaminas siendo la D, E y K las más estables y que menos se pierden durante el proceso de pasteurización.

    -LxG: ¿De qué productos se suelen obtener estas mal llamadas leches vegetales?

    -CR: Hay múltiples variedades de bebidas vegetales, de avena, arroz, soja, almendras y coco, por citar las más comunes.

    -LxG: ¿Cómo se obtienen estas bebidas; son productos muy procesados?

    -CR: Sí, son productos procesados. Para saber cuál es la bebida vegetal más saludable, se deben comprobar en la etiqueta, sus componentes y las cantidades presentes en el producto: si lleva azúcares añadidos y cuál es el porcentaje de almendra, avena, coco, arroz o soja que contiene.

    -LxG: Tras estos procesamientos, en muchos casos se añaden otros procedimientos destinados a “enriquecer” el producto obtenido inicialmente. ¿Es esto saludable?

    -CR: Cuanto más procesado un alimento, por norma general su calidad nutricional va a ser menor. Debido a esto muchas veces se enriquecen con nutrientes para mejorar su perfil nutricional. Por ejemplo, enriqueciéndolas con calcio, o hierro o algunas vitaminas. La pregunta es ¿lo necesitamos? ¿vale la pena lo que estamos pagando de más por este tipo de productos? O podemos llegar a la cantidad recomendada de estos nutrientes con una alimentación saludable, en la que se prioricen los productos de origen natural.

    -LxG: En el marco de las informaciones comercial, nutricional y de la salud dirigidas al consumidor, ¿cómo podría afectar esta definición errónea?

    -CR: No creo que vaya a influir demasiado sobre la decisión de compra del consumidor. Lo que sí me parece más importante es que como consumidores estemos bien informados y por lo tanto, sepamos que la composición de las bebidas vegetales no tiene nada que ver con la de la leche de vaca o cabra, por lo que no serían equivalentes a nivel nutricional.

    -LxG: ¿Nos encontraríamos en el mismo caso de las definiciones inadecuadas, cuando se llama miel de palma al producto obtenido de una planta?

    -CR: Sí, la miel de Palma no es miel propiamente dicha porque no se produce por abejas. Es un producto (sirope) que se realiza a partir del guarapo o savia de la palmera canaria. Pero este producto se conoce como “Miel de Palma” desde hace siglos, y cabría preguntarse si es tan importante la denominación correcta o no de cara al consumidor. En este caso la composición nutricional sí es parecida porque su nutriente principal son azúcares y la ventaja, en mi opinión, de la “miel de Palma” es que es un producto natural con minerales en su composición; además se trata de un producto local y de producción sostenible con el medio ambiente.

    -LxG: ¿Qué consejos daría a los lectores y lectoras de Locos por La Gastronomía, al respecto de la compra y consumo de estos productos mal nombrados?

    -CR: Las “bebidas vegetales” son de fácil digestión, el mercado ofrece una amplia variedad, y son versátiles en la cocina. La clave para escoger la opción más saludable está en leer los ingredientes y su composición. Mirando en el listado de ingredientes podemos ver cuánto porcentaje de avena, arroz, coco, soja o almendra lleva la bebida. El primer ingrediente es el agua y el segundo, debería ser el ingrediente con el cual esté elaborada la bebida vegetal. Ojo porque a veces el segundo ingrediente es azúcar, (más común en las bebidas de almendra), y entonces estaríamos hablando de una bebida a base de agua y azúcar, poco recomendable para la salud.

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