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  • 29/04/2020 - 11:52  

    El Vino: después nada fue igual

    José María Ayaso

    El vino es mucho más que una agradable bebida: es historia de la evolución de la Humanidad porque marca una serie de hitos en la transformación del modelo de vida de las sociedades. Mientras la subsistencia de los pueblos bárbaros se basaba en la caza y la recolección de frutas y frutos, las poblaciones antiguas de la rivera del Mediterráneo fueron capaces de cultivar trigo, olivos y viñas, lo que simbolizó un salto cultural muy significativo. El hombre sedentario no solo había sido capaz de obtener y almacenar materia prima, sino que, a base de trabajo e ingenio consiguió transformarla y elaborarla. Con el tiempo fueron surgiendo formas evolucionadas de convivencia, se habilitaron las primeras nociones de comercio y se empezaron a sentar los fundamentos de la actual civilización. 

    Concretamente el vino se ha ido introduciendo de manera muy profunda en los ritos y maneras sociales, hasta el punto de convertirse en un elemento comunicador que tiene presencia en un sin número de eventos sociales. Haber elaborado una clasificación como la siguiente, ha facilitado esta introducción social: 

    • Tinto. Es el vino que se obtiene a partir de las distintas variedades de uvas tintas a las que no se les han quitado los hollejos.
    • Rosado. Se puede obtener mediante dos procedimientos diferentes: a partir de la utilización de las uvas tintas a las que se les han quitado parcialmente los hollejos; o bien, mezclando proporcionadamente uvas blancas y tintas. 
    • Blanco. Si bien parece obvio que el vino blanco se obtiene de las uvas blancas, hemos de aclarar que no es esta la única forma. También se puede obtener de la uva tinta a la que se le ha retirado totalmente el hollejo (pelado la piel de la uva). El vino blanco obtenido de esta forma, tiende a oscurecerse con el paso del tiempo. 

    Atendiendo a los consejos reguladores de España, clasificar a los vinos por su edad es también una de las formas más habituales para seleccionarlos para momentos concretos:

    • Joven se considera cuando tiene entre 12 y 24 meses en botella.
    • Crianza si ya ha cumplido 2 años según los siguientes tiempos: 6 meses en barrica y 18 meses en botella, o bien, 12 meses en barrica y los 12 meses restantes en botella. 
    • Reserva se considera cuando el vino ha cumplido 3 años de los cuales, 12 meses los ha pasado en barrica y 24 meses más embotellado. 
    • Gran reserva es el vino con 5 años. De ellos, 24 meses habrá de haberlos cumplido en barrica y los 36 meses restantes en botella. 

    Desde las comidas familiares, reuniones con amigos o acompañando un aperitivo mientras preparamos la cena, muchos son los momentos sociales en los que el vino puede estar presente. Un estudio promovido por la Organización Interprofesional del Vino de España basado en el análisis de más de 3.500 ocasiones de consumopone de relieve el rol del vino como “facilitador de experiencias de disfrute en compañía. Tomar un vino como excusa para compartir más tiempo con tus amigos es una de las principales razones que señalan los encuestados, dato que evidencia el carácter social y de nexo cultural que se le otorga al vino. Otra de las conclusiones que arroja este estudio es que el vino se perfila como un ensalzador de momentos cotidianos, en el que esta bebida sirve como acompañamiento de las actividades del día a día. Muestra de ello es que la mitad de los encuestados (50%) afirman que consumieron vino como acompañamiento de una comida, el 38% en su tiempo de ocio y el 24% durante una celebración especial.”

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