¿Qué se cuece?

Hoock, la gran alegría culinaria y de ocio de Más de Gaminde

La cocina es diminuta, y no tiene ni freidora ni fogones. Todo lo hacen a baja temperatura con un horno tradicional y un Roner, donde cada día los productos del Mercado Central, se convierten, por obra y magia de Dani González, en una impecable propuesta ...

Locos por la gastronomía by Luz Cappa

No hay nada en el mundo que me alegre más que descubrir restaurantes sorprendentes fuera de los típicos circuitos. Me ocurre solo a veces, y entonces me invade una sensación de plenitud y unas ganas irrefrenables de gritarlo a los cuatro vientos. 

Es, precisamente, lo que me ha ocurrido con el restaurante Hoock Street Food & Drinks, situado en la céntrica calle Más de Gaminde, 39, en plena zona comercial Mesa y López, donde la buena vibra reina en el ambiente y contagia a todo el que por allí se acerca.

Les explico. Varios amigos me habían advertido: "Tienes que ir Luz, no te imaginas cómo cocina Dani". ¡Y vaya si es verdad! Daniel González es un joven cocinero venezolano que bien podría ser la reencarnación del rey Midas en versión Arguiñano, y es que todo lo que toca, lo convierte en algo riquísimo, delicioso, con sustancia... Ese tipo de comida que enamora por su compleja sencillez o su sencilla complejidad... según se mire. 

UN EQUIPAZO DE TRES

En su bonita aventura le acompaña un equipo excepcional: su socia Alexandra Estévez en sala, Jony y Saúl Brito en la diminuta cocina. Los cuatro provocan que cada día se haga la magia.

El Hoock aparenta ser un garito de copas, pero en realidad es un restaurante de autor en toda regla. Además, es cierto que cuando cae el sol, ponen unas copas y una música estupendas, con un ambiente que cambia según va avanzando el día y que se vuelve camaleónico para que todo tipo de público y de todas las edades, encuentren el momento perfecto para disfrutar de su variada oferta gastronómica, de copas y de ocio.

CARTA REPLETA DE SORPRESAS

La carta está repleta de sorpresas, y no me extraña, porque la trayectoria profesional de Dani es amplia y sólida. “Mi forma de cocinar es muy sana y a la vez muy sabrosa. Compramos a diario las frutas, verduras, carnes y pescados frescos en el Mercado Central, que lo tenemos a la vuelta de la equina, una gran ventaja para desarrollar este tipo de culinaria tan saludable y versátil. En cualquier momento, hago dos llamadas, y me traen lo que necesito”, me cuenta el chef. 

Daniel y Saúl hacen todas sus sugerencias a baja temperatura, sin fuego ni freidoras. Desde las proteínas a las guarnición están para morirse. “Trabajamos con muchos matices americanos, japoneses, mediterráneos... no estamos definidos dentro de ninguna cocina, pero tratamos de dar mezclas tanto en texturas como en sabores. Nos importa lo sano, más no somos el típico restaurante vegetariano ni vegano, aunque tenemos opciones para los clientes que sí lo sean. Trabajamos bajo en grasa, bajo en sal, no hacemos ultraprocesados... en realidad somos un Real Food, una cocina que no compra altos procesados, sino que preparamos todo nosotros mismos a partir de producto fresco, como la carnes de las hamburguesas. No usamos conservantes ni colorantes artificiales, tenemos máximo respeto por el producto fresco”.

UNA DILATADA TRAYECTORIA PROFESIONAL

Pero tanta precisión en lograr que prácticamente todos los platos de la carta sean la bomba no es casualidad. A pesar de su juventud, Dani es un consumado profesional que ya en Venezuela tuvo negocios de restauración, y en sus cuatro años viviendo en Canarias ha pasado por grandes restaurantes como El Churrasco y La Pepa de Triana, y otros que son un símbolo de la comida saludable, como el Mr. Kale. “En Venezuela tuve un restaurante y una empresa de catering, y al llegar a Canarias fui jefe de parrilla en El Churrasco, estuve en Mr. Kale, donde diseñé la carta, y también estuve en La Pepa de Triana como jefe de cocina”.

NACHOS, COSTILLAS CON SALSA BBQ Y RISOTTO CON SAMA

En este preciso instante comienza el festival de sabores que yo no imaginaba ni por asomo. Voy con dos personas más y Alexandra nos recomienda pedir varios platos para compartir y así poder probar diferentes recetas. “No te puedes ir sin probar los nachos”, me dice uno de mis acompañantes, y yo, que no soy de discutir, acepto el reto. ¡Madre mía qué acierto! no encuentro palabras para definir los Nachos del Hoock, los mejores que he probado en la zona, sin duda alguna. Nos traen media ración y el plato es desbordante. Llevan pico de gallo, crema agria, frijoles, queso gratinado y aguacate. Deliciosos con una cerveza bien fría. 

Llega otro plato: el bowl de salmón con salsa teriyaki, una base de verduritas frescas y arroz de sushi. Me encanta porque se ve que el salmón es de primera calidad, y las verduras están al dente, con sus vivaces colores que contrastan sobre un arroz blanquísimo. “Vamos bien”, pienso, pero lo que no me imagino es lo que viene a continuación: un precioso plato de risotto coronado por un filete de sama perfectamente desespinada, con la piel asalmonada crujiente y una carne jugosa, en su punto justo de cocción. El arroz explota en mi boca con un sabor a mar delicioso. El entusiasmo de la mesa es tal, que tengo que poner orden. “Cucharada y paso atrás”, digo. Menos mal que me hacen caso, porque este arroz está para encerrarse y comérselo sin compartir ni un solo grano.

Cuando creo que ya todo está dicho, llega otro delirio en forma de costillas de cerdo baby a baja temperatura con salsa bbq. Es evidente que ha sido preparada con largos procesos (12 horas de cocción a 70º, según reza la carta) porque el resultado es de esas carnes tiernas, que se desprenden del hueso con un leve gesto, untuosa, fina y muy sabrosa en boca. La guarnición de papas al horno también es una sorpresa muy grata, nada de aceite ni de fritanga, así sí te puedes mandar un costillar completo sin el más mínimo remordimiento.

Antes de pedir la cuenta, nos traen dos postres bestiales: tarta de queso casera con mermelada también casera de fresas y frutos rojos, y una deconstrucción de pie de limón refrescante y explosivo.

COMIDAS, CENAS Y COPAS CON MÚSICA 

El local tiene 20 años, y en su día fue una referencia del ocio en la capital grancanaria. “Por eso hemos querido mantenerle el nombre, para conservar ese espíritu de éxito que ya tuvo en su día. Estamos en el reto de convertir este negocio en el lugar de referencia que un día tuvo y devolverle su esplendor”, dice Dani.

Hoock es el lugar donde comes como un rey a mediodía, donde puedes hacer una sobremesa muy agradable y donde puedes cenar con tu pareja o con un grupo de amigos y luego seguir la marcha con buena música hasta las tantas. ¡Muy recomendable!