¿Qué se cuece?

Rocktop Skybar, atractiva carta en el cielo de Agaete

El hotel Cordial Roca Negra de Agaete da en el clavo con su propuesta

Locos por la gastronomía by Luz Cappa

El hotel Cordial Roca Negra de Agaete, y más concretamente su espectacular terraza ROCKTOP SKYBAR, ha sabido, por fin, dar con la clave de un espacio de ocio atractivo y diferente, algo que realmente te diga... tenemos que venir otra vez. 

Y esto lo digo porque he sido testigo directo del nacimiento del edificio, hace varios años, cuando la propiedad pertenecía a una familia de hoteleros italianos. El espacio siempre ha sido bonito, no cabe duda de que Agaete es una de las localidades más bellas de Gran Canaria, pero además de ir a comer el típico pescadito fresco de los restaurantes del puerto, hacía falta una oferta diferente, un lugar acogedor y moderno donde disfrutar de una buena comida y una larga sobremesa, mientras tienes la sensación de estar navegando en un crucero y admirando la impresionante belleza del mar y las montañas de este punto norteño de nuestra isla redonda.

La idea de juntar en la misma mesa a los bloggers más exitosos de Canarias con esta periodista que les escribe, fue genial: Lioba Paíz, Cristina Nalda y Welovegrancanaria, que entre todos suman más de 50.000 fans en sus respectivos Instagram, casi ná! Y qué quieren que les diga... Ver como gente joven, viajada y a la última en tendencias de toda índole, reaccionaba ante los buenos vinos y la buena comida de un chef también joven y preparado como Aridani Alonso, fue para mí una verdadera máster class. ¡Viva la gente linda!

La frescura de estos comensales era equiparable a la de la propuesta gastronómica. Alegría a raudales es lo que se vivió el sábado alrededor de la mesa. Me encantaron estos compañeros de viaje, agradecidos y risueños, no cabe duda de que la juventud y el entusiasmo suelen ir de la mano y es contagioso. 

Hechas las presentaciones... comenzó el banquete. 

MARIDAJE MUY CANARIO 

La nueva carta del ROCKTOP SKYBAR del Cordial Roca Negra, en Agaete, se nos mostraba en todo su esplendor. Para empezar, las croquetas de conejo en salmorejo con mojo rojo de almendra. Yo, que llevo años buscando la croqueta perfecta, encontré esta propuesta de Aridani Alonso muy bien elaborada, con una capa crujiente que se rompía de un solo bocado y que dejaba al descubierto el potente relleno. Riquísimas, para comerse una fuente entera. Acompaña este entrante un vino de Gran Canaria, Los Berrazales, de las faldas del valle de Agaete. En nariz me recuerda al perfume cítrico y dulce de las naranjas. En boca, mucha fruta, limpio, todo el sabor del valle en la copa.

Seguimos con las vieiras al grill con mojo verde de aguacate del valle, puré de boniatos y vinagreta de almendras. Tiernas, delicadas y sabrosas. Si todos los comensales rebañamos el plato, por algo será.

Llega el pescado, uno bien canario y que me encanta: suprema de cherne, con puré de bulbo de hinojo y mojo de cilantro. Se nota que es fresquísimo por su carne blanca y porque las lascas se desprenden con sólo un breve gesto del tenedor. Una receta muy equilibrada con el aporte anisado del hinojo y los matices verdes del cilantro. El vino elegido es Paisaje de las Islas, de Tenerife, un malvasía con marmajuelo con una etiqueta preciosa que parece un cuadro, basada en pasajes del Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias (1836) de Philip Webb y Sabin Berthelot. Este blanco está considerado como un vino muy gastronómico.

El menú va in crescendo, pienso, y cuando viene el solomillo de ternera con salsa de café de Agaete ya estoy segura de que quiero organizar aquí una mesa para venir con mis amistades y que disfruten como yo lo estoy haciendo ahora. Cambiamos al tinto, copa de borgoña para rendir honores aún vino de culto: AGALA 1175, D.O. Gran Canaria, un vino complejo elaborado con baboso negro y vijariego, variedades únicas cultivadas a 1175 metros de altitud. Cuando lo cato, enseguida me viene a la cabeza la excelente evolución que han tenido los vinos de Gran Canaria en los últimos años. 

Los postres están a la altura de este menú estupendo: cream brulé de gofio, cremoso de chocolate con helado de coco y suspiro de verano con frutos rojos, sopa de chocolate blanco y curry. Tres golosinas que apenas aterrizan en la mesa, desaparecen, y endulzamos aún más el paladar con un moscatel Ochoa, de vendimia tardía, que aunque no sea canario, se deja beber con sumo cariño.